Desde sus inicios, los champagnes Lanson se elaboran con mayoría de pinot noir y de chardonnay para conseguir un equilibrio perfecto entre potencia y delicadeza. Las uvas cultivadas en las más de 500 hectáreas en el corazón de los viñedos de la región de Champagne ofrecen una gran variedad de elección y permiten realizar una selección exquisita de las magníficas parcelas. El frescor y la energía tan apreciados en el estilo Lanson están íntimamente relacionados con el método de vinificación tradicional sin fermentación maloláctica, una elección histórica de la casa. Lanson da una especial importancia a la fruta y a la riqueza de aromas en su búsqueda de la pureza de los vinos. Los vinos procedentes de las diferentes fincas se vinifican por separado. Durante una serie de catas, se evalúan y clasifican por familias de aromas. El ensamblaje es el arte de conseguir un vino superior a la suma de sus partes. La diversidad de sabores y el talento del chef de caves Hervé Dantan consiguen un equilibrio ideal entre la fruta, la elegancia y la frescura. A la riqueza de las variedades y de las fincas se añade la de las añadas. La adición de vinos de reserva contribuye a aumentar la calidad de los vinos jóvenes. Así las cuvées sin añada se componen de vinos de reserva de más de diez años diferentes y se desarrollan en la bodega un mínimo de tres largos años. Las cuvées con añada se toman su tiempo para madurar y siguen desarrollando aromas extraordinarios durante mucho más tiempo. Los vinos de Lanson viajan en condiciones ideales a través del tiempo.