La uva de mesa es un cultivo con mucho arraigo en la comarca de Los Palacios y Villafranca, donde lleva cultivándose desde hace más de tres siglos y donde genera mucho empleo. Un cultivo tradicional que, para garantizar su supervivencia, necesita apostar por las nuevas tecnologías y adaptarse a las demandas de los nuevos consumidores que, cada vez más, optan por la fruta sin semillas.
A este carro se ha subido ya la empresa palaciega Chronofruit, regentada actualmente por los hermanos Antonio, Margarita e Isabel Amador Jiménez, quienes con sus 22 hectáreas de viñas en propiedad son los mayores productores de uva de mesa de la comarca sevillana, con una cosecha anual que ronda el millón de kilos entre las variedades: black magic, cardinal, victoria, palieri y red globe, siendo esta última la más tardía en vendimiarse.
Se trata de la tercera generación del linaje familiar que se dedica tanto al cultivo como a la comercialización de uvas para su consumo en fresco, siendo desde 2013 proveedor de Mercadona, supermercados a los que destina «entre el 15 y el 20% de nuestra producción», afirma Antonio Amador, jefe de la finca.